Según la historia, el Té nace en China aproximadamente 2.737 años AC; el emperador She Nong, de quien se decía era el Dios de la agricultura, tenía por hábito beber agua cocida. Un día, descansando bajo un árbol, una brisa dejó caer unas hojas en su cuenco; al sorberlo, notó un delicado  y agradable sabor motivándolo a adoptar la costumbre de beberlo.

 

Desde tiempos remotos el Té es conocido en China como una planta medicinal, de la cual fueron escrito libros destacando sus bondades para la salud. Por otra parte, en Japón el Té tiene una connotación espiritual expresada en la maravillosa Ceremonia del Té Chanoyu, basada cuatro principios básicos: Armonía, Respeto, Pureza y Tranquilidad, todo un regalo del Universo.

 

En sus comienzos el Té era mezclado con especias y hervido; luego se comenzó a beber molido, como el Matcha de Japón. La invasión Mongol quita el esplendor y protocolo a la ceremonia del Té, la que se recupera al regresar la dinastía china Ming,, esta vez  preparado en hebras (hojitas). Cabe destacar que en aquella época solo la realeza bebía el té Blanco.

 

El té se origina en algunas zonas montañosas de China e India donde se encontraron los primeros arbustos de Camelia sinnensis, una planta que en estado silvestre llega a crecer 3 mts.

 

Todo los Té provienen de la Camellia, existen más de 80 variedades, pero sólo 3 se cultivan. Durante el proceso de producción se define el tipo de Té, ya sean Negros, Verdes, Blancos, Pu erh u Oolong.

 

Se suele decir que el Té es uno de los commodities más populares de la historia, y ha generado grandes conflictos económicos, guerras y revoluciones, como la del opio entre China e Inglaterra y, también, gatillando la guerra de la Independencia de los Estados Unidos con el famoso Boston Tea Party.

 

El Té llega a Chile por Valparaíso, de la mano de los ingleses, es muy bien aceptado y se propaga al resto del país rápidamente, dejándose de lado las costumbres de beber mate y agua de culén. Hoy día Chile es el principal consumidor de Té (per cápita) de América y, curiosamente, posee la plantación más austral del mundo.